Desde los años ochenta y hasta hoy la movilización de las mujeres rurales ha cobrado cada vez mayor amplitud y relevancia, sobre todo a raíz del alzamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en 1994, que no sólo propició el auge de los movimientos étnicos, sino que detonó un proceso de organización y lucha de las mujeres indígenas rurales que lleva ya más de tres lustros. Hoy, ellas no sólo son apoyo o compañeras silenciosas en los movimientos campesinos e indígenas, sino que son activas partícipes con visiones y propuestas propias. En este capítulo hago una historia de estas movilizaciones y de su impacto en la agenda del movimiento indígena en México.