Con el interés de analizar las formas de violencia institucional desplegadas contra sectores migrantes e indígenas desde los dos lados de la frontera México-Estados Unidos, es que decidimos investigar sobre la experiencia de las mujeres indígenas presas en centros de retención de migrantes en Texas y en prisiones femeniles en distintas regiones de México. Consideramos que la experiencia de las mujeres indígenas en reclusión es un espacio privilegiado para analizar las contradicciones que existen entre la retórica del reconocimiento y los espacios reales de justicia de los Estados de carácter neoliberal que, en nombre de la “seguridad nacional,” imponen lógicas de criminalización contra estos sujetos. Se trata de una criminalidad permeada por las diferencias de género y raza. Para quienes estamos interesadas en la problemática de la justicia y la equidad desde la experiencia de las mujeres, es importante preguntarse, ¿en qué sentido el racismo estructural marca también la manera en que se construye la criminalidad en casos de sujetos femeninos indígenas racializados? Con estas preocupaciones en mente, hemos iniciado dos investigaciones simultáneas sobre el tema: una a cargo de Aída Hernández en México y otra a cargo de Shannon Speed en Texas.