En este escrito quiero reflexionar sobre la manera en que la violencia de género ha sido utilizada por el gobierno mexicano como parte de sus campañas contrainsurgentes contra los movimientos sociales, y sobre la respuesta que las mujeres víctimas de dicha violencia han dado a esta estrategia de muerte. En el contexto del gobierno de Felipe Calderón, la criminalización de los movimientos sociales legitimada a través de reformas legislativas ha ido acompañada de la militarización y la violencia de Estado. En este capítulo analizaré como las mujeres indígenas y campesinas están sufriendo las consecuencias de la militarización del país, al crearse un clima de inseguridad e intimidación; sobre todo, en aquellas regiones en donde existen antecedentes de organización política por parte de los campesinos.